Las comunidades indígenas de todo el territorio nacional, mantienen abiertas sus puertas para recibir a los viajeros que quieran compartir una experiencia turística diferente, basada en el intercambio cultural y el conocimiento de las raíces de los habitantes que nos precedieron.
La propuesta intenta destacar el turismo participativo, respetuoso, responsable y, sobre todo, inclusivo. Los pueblos originarios vienen ofreciendo esta posibilidad de acercamiento, luego de que surgieran diferente proyectos de integración y conocimiento de nuevas culturas por parte de organismos sin fines de lucro. Además del interés creciente en el mundo por el turismo cultural.
Turismo participativo
La convivencia con las comunidades indígenas permite compartir prácticas cotidianas, elaboración de comidas típicas y recorrer la zona, a pie o a caballo, con guías locales en distintas jornadas. Aprender artesanías, pescar o el simple contacto con la naturaleza, también, componen la variada oferta de las actividades propuestas.
El intercambio generado por el acercamiento entre diferentes culturas, produce nuevos ingresos para las poblaciones originarias, en su mayoría rurales, que se apoyan en la autogestión y la sustentabilidad de sus tierras.
Turismo sustentable
El florecimiento de este tipo de turismo y las oportunidades de desarrollo que conlleva para los pueblos originarios, genera que organismos públicos y privados se transformen en impulsores de este tipo de actividades. Los viajes hacia estas regiones suelen estar apadrinadas por empresas de turismo, las cuales ofrecen distintos servicios, como el alquiler de autos, para garantizar la llegada de los visitantes a estas tierras ancestrales.
Del Turismo participativo al turismo Colaborativo
Generando un mayor impacto positivo en las comunidades que son visitadas, muchos agentes de turismo apuntan a que el turismo participativo se convierta en colaborativo realizando actividades grupales de caridad que beneficien a los huéspedes.