Tandil y Villa Gesell, dos lugares diferentes, dos destinos para conocer y disfrutar en familia, ideales para todos aquellos que planean hacer turismo en Buenos Aires.
De Buenos Aires a Tandil hay 350 quilómetros de distancia. Pasar unos días allí es sinónimo de descanso, relax, distancia total del estrés diario del trabajo en la gran ciudad.
Estar en Tandil es visitar el Monte Calvario, que es un paseo clásico para realizar durante cualquier época del año, como también lo es el Parque Independencia, el mirador de Tandil por excelencia, o la Plaza Independencia, que es la plaza principal.
El Lago del Fuerte es el lugar ideal para pasear en bote, lancha o simplemente para caminar por su entorno de grandes áreas verdes. Y la clásica Piedra Movediza con sus leyendas e historias.
Ir de camping es una buena opción, aunque los hoteles en Tandil ofrecen la posibilidad de un descanso más reparador para enfrentar largas caminatas, ideales para conocer bien la ciudad.
Ahora bien, otra opción es la playa y un destino apenas más distante que Tandil ya que 375 quilómetros separan a Villa Gesell de Buenos Aires.
Allí, las caminatas junto al mar, el paseo al faro Querandí sobre cuadriciclos, la pesca en el muelle o una cabalgata por los alrededores son actividades imperdibles.
En cuanto a la gastronomía, comer panqueque en Lo de Carlitos, el Rey del Panqueque o merendar los tan famosos churros, una tradición gesellina!
Los hoteles en Villa Gesell suelen ofrecer en los desayunos esa clásica factura que encanta a todos. Antes de volver a Buenos Aires, visitar el Museo Archivo Histórico Municipal, donde aprenderán todo sobre el fundador de Villa Gesell.