Ideal para pasar un día de campo en familia o amigos, o sencillamente, recorrer la costanera de los ríos Paraná y Arrecifes, y disfrutar de un paisaje único, la ciudad de San Pedro puede resultar una opción a tener en cuenta en estas vacaciones de invierno.
Esta antigua localidad bonaerense, ubicada a 164 kilómetros de la Capital Federal, fue moldeada por la riqueza agrícola y ganadera de sus alrededores, y apoyada por las grandes plantaciones de duraznos, naranjas y plantas ornamentales, que terminaron de convertirla en una de las ciudades más visitadas por los turistas nacionales, a lo largo de los años.
Su centro histórico, con construcciones de más de 100 años de antigüedad, reflejan el paso del tiempo y le dan el toque pintoresco al lugar. Allí, es donde se ubican los principales hoteles, cabañas y restaurantes, con platos típicos como la “ensaimada”. La vida nocturna se despliega en bares y boliches para todas las edades.
Los paisajes naturales de San Pedro se disfrutan, aún más, con las actividades desarrolladas desde el Club de Pescadores y Náutica. Los paseos en lancha permiten visitar los ríos y arroyos circundantes, y conocer las islas del delta del Paraná. Además, la pesca, el trekking y el mountain bike son otras de las actividades elegidas por los visitantes.
Para los turistas que llegan con vehículo propio o para aquellos que deseen alquilar auto en la ciudad, hay un destino, a sólo veinte kilómetros de San Pedro, que merece la pena visitar: el lugar donde se produjo la histórica batalla de Vuelta de Obligado.