Las acentuadas transformaciones que ha sufrido el turismo, en los últimos años, hizo indispensable la búsqueda de nuevas opciones en el rubro. En este sentido, una de las alternativas que emergió con mayor relevancia fue el turismo que se despliega en las ciudades.
El turismo urbano ha conseguido ganar un espacio dominado, anteriormente, por la inseguridad, la suciedad y la contaminación. Con los años, plantear a las ciudades como destinos turísticos, ha favorecido al auge y la imagen positiva de muchos centros urbanos, donde la restauración de monumentos o edificaciones históricas ha provocado la creación de nuevos atractivos para los visitantes.
Definido como aquel que se desarrolla en lugares donde confluyen grandes masas de gente, el turismo urbano se basa en la exposición de servicios de calidad y estratégicamente dispuestos, en la explotación de la cultura y la historia de cada región, y en la innovación permanente.
El desembarco de destacadas empresas de gastronomía, hospedaje o alquiler de autos, como la internacional Sixt, en ciudades poco visitadas, han desencadenado que las firmas multinacionales de líneas aéreas oferten al turismo urbano entre sus paquetes promocionales.
En conclusión, el consumo mundial, el avance de la tecnología en la comunicación y el transporte, la globalización, y el fortalecimiento del sector de servicios, son los principales fundamentos que han modificado el modelo de turismo tradicional: el mar o las montañas. Estimulado por estos factores, se ha originado un modelo alternativo, el urbano; basado en los circuitos culturales, históricos y sociales, con un crecimiento exponencial año tras año.